lunes, 9 de febrero de 2015

Política monetaria

La política monetaria o política financiera es una rama de la política económica que usa la cantidad de dinero como variable para controlar y mantener la estabilidad económica. La política monetaria comprende las decisiones de las autoridades monetarias referidas al mercado de dinero, que modifican la cantidad de dinero o el tipo de interés.

Las autoridades monetarias suelen declarar cuatro objetivos básicos de la política monetaria. El primero es la estabilidad del valor del dinero, es decir, la contención de los precios, prevención de la inflación… etc. El segundo es el logro de una tasa más elevada de crecimiento económico, seguido de la plena ocupación o pleno empleo (mayor nivel de empleo posible) y para terminar, evitar desequilibrios permanentes en la balanza de pagos y mantenimiento de un tipo de cambio estable y protección de la posición de reservas internacionales. El problema surge de la compatibilidad existente entre los diferentes objetivos marcados.


La política monetaria controla la oferta monetaria, que es la cantidad de dinero en circulación, y los tipos de interés o coste de dinero, fijados por el banco central o la autoridad monetaria a muy corto plazo. Hay varias formas de definir la oferta monetaria, pero las medidas estándar suelen incluir el efectivo en circulación y los depósitos a la vista. El interés es la tasa percibida por el dinero prestado y se expresa como un porcentaje sobre el monto del préstamo (tipo de interés). La política monetaria se basa en la relación entre las tasas de interés en una economía, que es la base para calcular el precio al que el dinero es prestado por los bancos, y la cantidad de dinero en circulación. Utiliza una variedad de herramientas para su control e influir en resultados como el crecimiento económico, inflación, tipos de cambio con otras monedas y el desempleo. La economía neoclásica y el keynesianismo difieren significativamente de los efectos y la eficacia de la política monetaria en la economía real, no hay un consenso claro sobre cómo la política monetaria afecta a las variables económicas reales (la producción total o los ingresos, el empleo,...). Sin embargo, ambas escuelas económicas aceptan que la política monetaria afecta a las variables monetarias (los niveles de precios, tasas de interés).

Las medidas de política monetaria suelen tardar bastante en influir en la evolución de los precios. La magnitud y la intensidad de los distintos efectos pueden variar según el estado de la economía, lo que dificulta el cálculo del impacto preciso. Además hay que tener en consideración la existencia de perturbaciones de origen muy diverso, como variaciones en los precios del petróleo y otras materias primas, la evolución de la economía mundial y las políticas fiscales que pueden influir en el comportamiento de los precios. Por todo ello, los bancos centrales suelen utilizar algunas reglas para contrastar las medidas que adoptan. Una de ellas se basa en el hecho de que la inflación, a medio y largo plazo, es siempre un fenómeno monetario. Esto significa que un crecimiento monetario excesivo genera inflación, debido a que produce un aumento de la demanda de bienes y, por ende, de su precio, además de influir en las expectativas futuras de los precios. De forma análoga, un crecimiento monetario insuficiente puede generar deflación.

Dependiendo de los objetivos que persigan, las políticas monetarias pueden ser expansivas o restrictivas. Una política monetaria expansiva es aquella política monetaria que busca aumentar el tamaño de la oferta monetaria. Una política monetaria expansiva tratará de reducir la tasa de interés, para hacer más atractivos los préstamos bancarios e incentivar la inversión, componente de la demanda agregada. Además, intentará reducir el coeficiente de caja (encaje bancario), para que los bancos puedan prestar más dinero, contando con las mismas reservas. Además, comprad deuda pública ayudará a inyectar dinero en el mercado. Según los monetaristas, el banco central puede aumentar la inversión y el consumo si aplica esta política y baja la tasa de interés. Al bajar el tipo de interés se pasa a una situación en la que la oferta monetaria es mayor. Por el contrario, una política restrictiva es aquella que busca contraer el tamaño de la oferta monetaria. La política monetaria restrictiva se puede utilizar para controlar la inflación. La inflación se define como el continuo aumento en los niveles de precios. Dado que el nivel de precios es una variable monetaria, la política monetaria puede afectarle. Una política monetaria restrictiva tiene el efecto de reducir la inflación mediante la reducción de la presión al alza sobre los precios. Para reducir la oferta monetaria, las autoridades monetarias tratarán de vender bonos del estado y otros activos financieros para tratar de sacar liquidez del sistema. Además, se aumentará la cantidad de dinero líquido que deben tener los bancos para cubrir los depósitos, con lo que se logrará reducir la cantidad de dinero ya que con la misma cantidad de monedas y billetes podrán captar menos depósitos. También aumentarán los tipos de interés, lo que provocará que los bancos pidan menos préstamos en el banco central y ofrezcan menos préstamos y a tipos más altos a los clientes quienes a su vez serán menos proclives a pedir préstamos al ser los intereses mayores, drenando así dinero al sistema. El efecto de la política monetaria sobre la inflación si es significativo. Sin embargo, la política fiscal contractiva suele ser políticamente impopular, porque se trata de recortes de gastos y aumentos de impuestos.


Durante los últimos años el gobierno central español ha ido tomando una amplia serie de medidas para hacer frente a la crisis en la que nos encontramos e intentar relanzar la economía. España pertenece desde 1989 a la Unión Económica y Monetaria y por ello la autoridad monetaria en España está sujeta en cierta medida a las reglas que se imponen desde el Banco Central Europeo. Esto reduce la libertad de movimientos del gobierno español respecto a las medidas de política monetaria que podrían aplicarse para tratar de salir de la crisis. Lo mismo ha ocurrido recientemente con el nuevo gobierno griego, a quien el BCE ha “cerrado el grifo” debido a la enorme deuda que ostenta el país. Una de las medidas que se podrían tomar para salir de la crisis financiera en España es aplicar una política monetaria expansiva, como ya se hizo en EEUU en la crisis del crack de 1929. También hay que tener en cuenta que es difícil adecuar esta política monetaria a las circunstancias actuales de la economía española y en la práctica no resulta tan sencillo. 

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