La demanda agregada se define como la suma del gasto en
bienes y servicios que los consumidores, las empresas y el Estado están
dispuestos a comprar a un determinado nivel de precios. La demanda agregada
depende tanto de la política monetaria y fiscal como de otros factores. La
demanda agregada se relaciona a través del flujo circular con el ingreso y el
gasto; toda producción de una economía (Y) debe tener un destino, es decir, los
diferentes fines por los que se demanda la producción y en concreto el PIB. La
demanda total de producción interior está formada por la suma de los cuatro
siguientes componentes: el consumo (C), que depende de la renta disponible; la
inversión (I), que depende de la producción actual y futura esperada, de los
tipos de interés y los impuestos; el gasto público (G) en bienes y servicios,
es decir, compras de bienes y servicios que realiza el Estado y las
exportaciones netas (X-M, siendo X la exportación total y M la importación
total), que dependen de la producción y precios interiores y extranjeros,
además del tipo de cambio.
Dentro dela demanda agregada se puede distinguir la demanda
interna y la demanda externa. La demanda interna está compuesta por el consumo,
la inversión y el gasto público, es decir: C+ I + G. La demanda externa, por el
contrario, está constituida únicamente por las exportaciones netas (X-M). La
curva de la demanda agregada muestra las combinaciones del nivel de precios y
el nivel de producción con las que los mercados de bienes y dinero se
encuentran simultáneamente en equilibrio.
La curva de la demanda agregada tiene una pendiente negativa
con relación a los precios. Con esto podemos ver que manteniendo constantes los
demás factores, cuando desciende el nivel de precios en una economía tiende a
incrementarse la cantidad de bienes y servicios demandada. Esto quiere decir
que cuantos menos productos halla, más productos querremos. Además, la curva de
la demanda agregada es descendente por varios motivos. Uno de ellos es el
efecto tipo de interés, que implica que cuando desciende el nivel de precios,
disminuye también la demanda de dinero que depende de ellos. Al descender esta demanda
de dinero, el equilibrio entre la oferta monetaria y la demanda monetaria se
produce a un nivel inferior de tipo de interés, lo que hace subir la inversión
y el consumo, incrementando la demanda agregada. Por lo tanto, permaneciendo
constantes todos los demás factores, un descenso de los precios produce
incremento de la demanda agregada. Esto se podría traducir en que cuanto menor sean
los precios más productos querremos. También nos encontramos con el efecto
riqueza de Pigou, que establece que ante una disminución de los precios, el
dinero tiene más valor pues puede usarse para comprar más bienes y servicios,
lo que provoca que los consumidores se sientan más ricos y les fomenta a
consumir más y más, elevando entonces la cantidad demandada de bienes y
servicios. Por último, el efecto tipo de cambio de Mundell-Fleming establece
que la reducción de precios provoca una reducción de los tipos de interés, que
a su vez hace que los inversores nacionales traten de conseguir mayor
rendimiento invirtiendo en el extranjero. Al tratar de convertir moneda
nacional en moneda de otros países, se eleva la oferta nacional en el mercado
de divisas, lo que provoca una depreciación de esta moneda en relación con
otras, estimulando las exportaciones y reduciendo las importaciones. Por lo
tanto, esto hace que también se incremente la demanda agregada.
La pendiente negativa de la curva de demanda agregada muestra
que un descenso del nivel de precios aumenta la cantidad total demandada de
bienes y servicios. Un desplazamiento en la curva de la demanda agregada puede
producirse por cambios en las expectativas, pues las familias y empresas gastan
más ahora si son optimistas sobre el futuro y menos si son pesimistas. En el
primer caso se desplazará a la derecha y en el segundo a la izquierda. También
pueden producir un desplazamiento en la curva de demanda agregada las
variaciones en la riqueza, es decir, si los activos de los hogares se
revalorizan por el aumento del valor en la bolsa de las acciones por ejemplo,
las familias consumirán más y la curva de demanda agregada se desplazará hacia
la derecha. Las variaciones en el
volumen del capital físico son también una de las causas de desplazamiento de
la curva de la demanda agregada: cuando las empresas estimen que disponen de
menos capital físico del que necesitan para producir, aumentarán su gasto en
inversión y por tanto la curva de demanda agregada se desplazará a la derecha.
Además, cualquier cambio que afecte a alguno de los componentes de la demanda
agregada (consumo privado, inversión, gasto público o exportaciones netas)
producirá también un desplazamiento a uno u otro lado de la curva de la demanda
agregada.
Las políticas
macroeconómicas pueden modificar a su vez la demanda agregada y es por
ello que el Estado las utiliza con frecuencia para resolver crisis económicas y
estabilizar el ciclo. La política fiscal consiste en el uso de impuestos y
gasto público como estabilizadores del ciclo económico. En las recesiones se
suele incrementar el gasto y reducir los impuestos, por lo que la curva de la
demanda agregada tiende a desplazarse a la derecha. La política monetaria
consiste en modificar la cantidad de dinero en circulación y en cambiar el tipo
de interés. Si redujésemos la primera y subiésemos el segundo, la curva de la
demanda agregada se desplazaría hacia la izquierda a través de los impactos
sobre el consumo y la inversión.
Si la oferta agregada coincide con la demanda agregada para un determinado nivel de precios se logra
una situación llamada el equilibrio macroeconómico. Este equilibrio puede
alterarse por desplazamientos de oferta y demanda. Esto últimos están muy
relacionados con los cambios en políticas monetarias y fiscales, por lo que el
Estado debe ser cauteloso en cuanto a ellas. Estas políticas macroeconómicas
pueden ser especialmente útiles para los ajustes hacia el equilibrio de largo
plazo, una situación ideal para una economía.
Actualmente la Unión Europea se encuentra en una situación
de crisis financiera. España es uno de los países más afectados por esta crisis
que ha ocasionado numerosos problemas, entre ellos una enorme escasez de
demanda agregada. Esto ya ocurrió en los años 30 en EEUU y Europa y es lo que
está ocurriendo ahora en países como Grecia, Italia y, por supuesto, España. Una
vez existe una escasez de demanda, una macroeconomía entra en una depresión.
Eso significa que las reducciones salariales generan paro y que los tipos de
interés cero no consiguen ya estimular la inversión. Si el gobierno introduce
la austeridad y apoya el poder negociador de los empresarios para reducir los
salarios, el resultado es una reducción de la demanda agregada y una
profundización de la recesión.
La demanda interna es la que más sufre la crisis, ya que la
demanda externa no se ha comportado del todo mal estos últimos años, habiendo
subido en cierta medida el turismo y las exportaciones. Sin medios para
aumentar la demanda interna, España no saldrá de la crisis hasta 2020. La
Demanda Interna es el estímulo adecuado
para salir de la crisis, aumentar el empleo, reducir el paro, aumentando la
actividad económica. Para aumentar esta demanda interna, sería necesario tomar
dos medidas importantes. La primera de ellas es aumentar el gasto público
productivo, bajar el improductivo y la otra aumentar los salarios y los
subsidios para fomentar el aumento del consumo interno. Si los salarios de las
familias aumentan, estas se sentirán más ricas y tendrán mejores expectativas,
por lo que querrán consumir más productos. Mediante estas dos medidas se podría
lograr un aumento de la demanda agregada de España, aunque, evidentemente, las
cosas no resultan tan sencillas dada la actual situación y habría que buscar
una manera de que estas medidas fuesen acorde con las circunstancias actuales
de la economía española y resultasen viables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario