lunes, 9 de febrero de 2015

Demanda agregada

La demanda agregada se define como la suma del gasto en bienes y servicios que los consumidores, las empresas y el Estado están dispuestos a comprar a un determinado nivel de precios. La demanda agregada depende tanto de la política monetaria y fiscal como de otros factores. La demanda agregada se relaciona a través del flujo circular con el ingreso y el gasto; toda producción de una economía (Y) debe tener un destino, es decir, los diferentes fines por los que se demanda la producción y en concreto el PIB. La demanda total de producción interior está formada por la suma de los cuatro siguientes componentes: el consumo (C), que depende de la renta disponible; la inversión (I), que depende de la producción actual y futura esperada, de los tipos de interés y los impuestos; el gasto público (G) en bienes y servicios, es decir, compras de bienes y servicios que realiza el Estado y las exportaciones netas (X-M, siendo X la exportación total y M la importación total), que dependen de la producción y precios interiores y extranjeros, además del tipo de cambio.

Dentro dela demanda agregada se puede distinguir la demanda interna y la demanda externa. La demanda interna está compuesta por el consumo, la inversión y el gasto público, es decir: C+ I + G. La demanda externa, por el contrario, está constituida únicamente por las exportaciones netas (X-M). La curva de la demanda agregada muestra las combinaciones del nivel de precios y el nivel de producción con las que los mercados de bienes y dinero se encuentran simultáneamente en equilibrio.
 
La curva de la demanda agregada tiene una pendiente negativa con relación a los precios. Con esto podemos ver que manteniendo constantes los demás factores, cuando desciende el nivel de precios en una economía tiende a incrementarse la cantidad de bienes y servicios demandada. Esto quiere decir que cuantos menos productos halla, más productos querremos. Además, la curva de la demanda agregada es descendente por varios motivos. Uno de ellos es el efecto tipo de interés, que implica que cuando desciende el nivel de precios, disminuye también la demanda de dinero que depende de ellos. Al descender esta demanda de dinero, el equilibrio entre la oferta monetaria y la demanda monetaria se produce a un nivel inferior de tipo de interés, lo que hace subir la inversión y el consumo, incrementando la demanda agregada. Por lo tanto, permaneciendo constantes todos los demás factores, un descenso de los precios produce incremento de la demanda agregada. Esto se podría traducir en que cuanto menor sean los precios más productos querremos. También nos encontramos con el efecto riqueza de Pigou, que establece que ante una disminución de los precios, el dinero tiene más valor pues puede usarse para comprar más bienes y servicios, lo que provoca que los consumidores se sientan más ricos y les fomenta a consumir más y más, elevando entonces la cantidad demandada de bienes y servicios. Por último, el efecto tipo de cambio de Mundell-Fleming establece que la reducción de precios provoca una reducción de los tipos de interés, que a su vez hace que los inversores nacionales traten de conseguir mayor rendimiento invirtiendo en el extranjero. Al tratar de convertir moneda nacional en moneda de otros países, se eleva la oferta nacional en el mercado de divisas, lo que provoca una depreciación de esta moneda en relación con otras, estimulando las exportaciones y reduciendo las importaciones. Por lo tanto, esto hace que también se incremente la demanda agregada.

La pendiente negativa de la curva de demanda agregada muestra que un descenso del nivel de precios aumenta la cantidad total demandada de bienes y servicios. Un desplazamiento en la curva de la demanda agregada puede producirse por cambios en las expectativas, pues las familias y empresas gastan más ahora si son optimistas sobre el futuro y menos si son pesimistas. En el primer caso se desplazará a la derecha y en el segundo a la izquierda. También pueden producir un desplazamiento en la curva de demanda agregada las variaciones en la riqueza, es decir, si los activos de los hogares se revalorizan por el aumento del valor en la bolsa de las acciones por ejemplo, las familias consumirán más y la curva de demanda agregada se desplazará hacia la derecha.  Las variaciones en el volumen del capital físico son también una de las causas de desplazamiento de la curva de la demanda agregada: cuando las empresas estimen que disponen de menos capital físico del que necesitan para producir, aumentarán su gasto en inversión y por tanto la curva de demanda agregada se desplazará a la derecha. Además, cualquier cambio que afecte a alguno de los componentes de la demanda agregada (consumo privado, inversión, gasto público o exportaciones netas) producirá también un desplazamiento a uno u otro lado de la curva de la demanda agregada.

Las políticas  macroeconómicas pueden modificar a su vez la demanda agregada y es por ello que el Estado las utiliza con frecuencia para resolver crisis económicas y estabilizar el ciclo. La política fiscal consiste en el uso de impuestos y gasto público como estabilizadores del ciclo económico. En las recesiones se suele incrementar el gasto y reducir los impuestos, por lo que la curva de la demanda agregada tiende a desplazarse a la derecha. La política monetaria consiste en modificar la cantidad de dinero en circulación y en cambiar el tipo de interés. Si redujésemos la primera y subiésemos el segundo, la curva de la demanda agregada se desplazaría hacia la izquierda a través de los impactos sobre el consumo y la inversión.


Si la oferta agregada coincide con la demanda agregada  para un determinado nivel de precios se logra una situación llamada el equilibrio macroeconómico. Este equilibrio puede alterarse por desplazamientos de oferta y demanda. Esto últimos están muy relacionados con los cambios en políticas monetarias y fiscales, por lo que el Estado debe ser cauteloso en cuanto a ellas. Estas políticas macroeconómicas pueden ser especialmente útiles para los ajustes hacia el equilibrio de largo plazo, una situación ideal para una economía.

Actualmente la Unión Europea se encuentra en una situación de crisis financiera. España es uno de los países más afectados por esta crisis que ha ocasionado numerosos problemas, entre ellos una enorme escasez de demanda agregada. Esto ya ocurrió en los años 30 en EEUU y Europa y es lo que está ocurriendo ahora en países como Grecia, Italia y, por supuesto, España. Una vez existe una escasez de demanda, una macroeconomía entra en una depresión. Eso significa que las reducciones salariales generan paro y que los tipos de interés cero no consiguen ya estimular la inversión. Si el gobierno introduce la austeridad y apoya el poder negociador de los empresarios para reducir los salarios, el resultado es una reducción de la demanda agregada y una profundización de la recesión.

La demanda interna es la que más sufre la crisis, ya que la demanda externa no se ha comportado del todo mal estos últimos años, habiendo subido en cierta medida el turismo y las exportaciones. Sin medios para aumentar la demanda interna, España no saldrá de la crisis hasta 2020. La Demanda  Interna es el estímulo adecuado para salir de la crisis, aumentar el empleo, reducir el paro, aumentando la actividad económica. Para aumentar esta demanda interna, sería necesario tomar dos medidas importantes. La primera de ellas es aumentar el gasto público productivo, bajar el improductivo y la otra aumentar los salarios y los subsidios para fomentar el aumento del consumo interno. Si los salarios de las familias aumentan, estas se sentirán más ricas y tendrán mejores expectativas, por lo que querrán consumir más productos. Mediante estas dos medidas se podría lograr un aumento de la demanda agregada de España, aunque, evidentemente, las cosas no resultan tan sencillas dada la actual situación y habría que buscar una manera de que estas medidas fuesen acorde con las circunstancias actuales de la economía española y resultasen viables. 

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