La economía clásica es una escuela de pensamiento económico
en la que se incluyen muchos autores famosos tales como Adam Smith, David
Ricardo, Karl Marx o Thomas Malthus. Se considera que la economía clásica
comenzó con el famoso Adam Smith y la publicación en 1776 de su libro Investigación
sobre la naturaleza y la riqueza de las naciones. Los economistas clásicos
intentaron explicar el crecimiento y el desarrollo económico. Elaboraron sus
teorías acerca del “estado progresivo” de las naciones en una época en la que
el capitalismo se encontraba en pleno auge tras salir de una sociedad feudal y
en la que la revolución industrial provocaba enormes cambios sociales. Los
economistas clásicos reorientaron la economía, alejándose del análisis previo
que se centraba en los intereses personales del gobernante y/o las clases
gobernantes.
La metodología de los clásicos estaba fuertemente influida
por los desarrollos científicos tempranos. Los clásicos buscaban fundar sus
posiciones en el estudio empírico o de la realidad a fin de formular,
generalmente, modelos conceptuales que les permitieran enunciar leyes naturales.
Utilizaban además el razonamiento inductivo. El foco de atención de los
economistas clásicos eran los grupos o clases de individuos, no los individuos en
sí; es decir, estudiaban lo que determinaban los salarios recibidos por los
trabajadores en general más que lo que cada trabajador individual recibía o
cual era el motivo de que la tasa de ganancia subiese o bajase más que los
factores que ocasionaban la ganancia de una empresa en particular. Además,
tenían un gran interés en la generación e incremento de la riqueza general.
Utilizaban el término plusvalía para referirse a la ganancia y la generación de
esta plusvalía es percibida como dependiente, no solo de los factores de
producción sino de una multitud de elementos y fenómenos tales como la formas
de organización e intercambio de los mismos, tanto a nivel empresarial como
social.
Entre los economistas clásicos hubo corrientes de
pensamiento económico bastante diferentes por lo que no todos los clásicos
compartían unas leyes y doctrinas, pero la economía clásica como escuela si
puede ser caracterizada por una serie de leyes y doctrinas. La primera de ellas
es la doctrina del egoísmo psicológico, que asume que la motivación natural de
los individuos es la búsqueda del interés propio. De aquí se desarrolla también
las doctrinas de la competencia y la cooperación y la de racionalidad, que
afirman que los individuos persiguen racionalmente sus intereses a veces
compitiendo y otras veces cooperando. Estos intereses competitivos individuales
convergen dirigidos por una “mano invisible”, que resulta ser el mercado, en el
interés común. También encontramos la doctrina del trabajo como fuente de toda
riqueza y valor y la de la mínima distorsión de actividades económicas, que
establece que si las leyes económicas son leyes naturales cuya aplicación
conduce a la eficiencia económica, no es necesario distorsionar su
funcionamiento. Esto nos lleva a la interpretación de que el Estado no debe
intervenir en la economía, sino que su función es la de garantizar los derechos
de los ciudadanos, la defensa nacional y servicios públicos varios. Entre las
leyes económicas destacan la ley de los mercados, que afirma que la riqueza
depende de la producción, la teoría de que el valor de un bien o servicio está
dado por la cantidad de trabajo empleado en su producción y la ley de los
rendimientos decrecientes, que se refiere a la disminución de los rendimientos
económicos a medida que se añadan cantidades adicionales de un recurso.
La economía actual, considerada en su mayoría
neoliberalismo, es una evolución de la anterior economía clásica a la que se
han añadido ciertas modificaciones. La economía actual está caracterizada por
el proceso de la globalización y el ensanchamiento del abismo económico que
hace que los países ricos sean más ricos y los pobres más pobres. La
intervención del Estado es bastante reducida y el mercado de trabajo presenta
una enorme variación que provoca una mayor desprotección hacia el trabajador.
Existe también una innovación tecnológica constante para reducir costes y una
gran privatización. La economía actual es considerada una ciencia social y no
una ciencia natural como antiguamente, y busca solventar y establecer un
sistema mediante el estudio de los fenómenos económicos. El neoliberalismo
considera que los agentes privados tienden a ser más productivos y eficientes
que los públicos y que el Estado debe permitir que el sector privado sea el
encargado de la generación de la riqueza.
John Maynard Keynes es considerado el padre de la
macroeconomía y sus ideas tuvieron una enorme repercusión en las teorías y
políticas económicas. La principal novedad de su pensamiento radica en
considerar que el sistema capitalista no tiende al pleno empleo ni al
equilibrio de los factores productivos, sino hacia un equilibrio que solo de
forma accidental coincidirá con el pleno empleo. Keynes y sus seguidores de la
posguerra destacaron no solo el carácter ascendente de la oferta agregada, en
contraposición con la visión clásica, sino además la inestabilidad de la
demanda agregada, proveniente de los shocks ocurridos en mercados privados,
como consecuencia de los altibajos en la confianza de los inversores. La
principal conclusión de su análisis es una apuesta por la intervención pública
directa en materia de gasto público que permite cubrir la brecha o déficit de
la demanda agregada. Keynes elaboró la teoría genera del empleo, el interés y
el dinero en la que se expone una teoría basada en la noción de demanda
agregada para explicar la variación general de actividad económica. Así, el
ingreso total de la sociedad está definido por la suma del consumo y la
inversión. La cantidad total de ahorro en la sociedad es determinada por el
ingreso total y, por tanto, la economía podría alcanzar un incremento del
ahorro total, aun si las tasas de interés se bajaran para estimular los gastos
en inversión. El libro abogaba por políticas económicas activas por parte del
gobierno para estimular la demanda en tiempos de elevado desempleo, por ejemplo
a través de gastos en obras públicas. Las teorías de Keynes fueron tan
influyentes que todavía hoy en día se siguen desarrollando sus teorías y sus
aplicaciones en un subcampo de la macroeconomía llamado economía Keynesiana.
Se identifica a Milton Friedman como el principal exponente
del neoliberalismo, quien realizó importantes contribuciones en los campos de
macroeconomía, microeconomía, historia económica y estadística. Una de las
contribuciones más importantes de Friedman a la economía es su estudio de la
función de consumo. A diferencia de Keynes, que decía que el consumo de un
periodo dependía exclusivamente del ingreso del mismo periodo, Friedman postuló
que este dependía del ingreso permanente, es decir, del ingreso a largo plazo.
Este nuevo enfoque tenía un énfasis en las expectativas y proyecciones de los
consumidores. Junto a Edmund Phelps, corrigió la curva de Philips. Introdujo el
rol de las expectativas en este modelo, lo cual permitía la posibilidad de
elevada inflación y desempleo alto a largo plazo. Esta predicción fue
comprobada empíricamente en los años setenta por la estanflación en los países
desarrollados.
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