lunes, 9 de febrero de 2015

Hipótesis geografica

Una teoría ampliamente aceptada de las causas de la desigualdad mundial es la hipótesis de la geografía, que afirma que la gran brecha entre países ricos y pobres se debe a las diferencias geográficas.

Muchos países pobres, como los de África, América Central y el sur de Asia, se encuentran entre los trópicos de Cáncer y Capricornio. En cambio, los países ricos suelen estar en latitudes templadas. Esta concentración geográfica de la pobreza y la prosperidad da un atractivo superficial a la hipótesis geográfica, que es el punto de partida de las teorías e ideas de muchos sociólogos y expertos. El filósofo político de origen francés Montesquieu fue uno de los primeros en sostener esta hipótesis geográfica ya que observó una concentración geográfica de la prosperidad y la pobreza. Decidido a darle una explicación a esto, declaró que las personas que vivían en climas tropicales tendían a ser más holgazanas y poco curiosas. A su vez, por ser holgazanes, terminaban siendo gobernados por déspotas, lo que sugería que una ubicación tropical podía explicar no solamente la pobreza, sino también algunos de los fenómenos políticos asociados con el fracaso económico, como las dictaduras.


La teoría de que los países cálidos son intrínsecamente pobres, a pesar de contradecirse por el reciente y rápido avance económico de países como Singapur, Malasia y Botsuana, todavía es defendida enérgicamente por algunas voces, como la del economista Jeffrey Sachs. La versión moderna de esta idea hace énfasis no en los efectos directos del clima en el esfuerzo a la hora de trabajar o pensar, sino en dos argumentos adicionales: en primer lugar, que las enfermedades tropicales, sobre todo la malaria, tienen consecuencias muy adversas para la salud y, en consecuencia, para la productividad en el trabajo; en segundo lugar, que el suelo tropical no permite desarrollar una agricultura productiva. De todas formas, la conclusión es la misma: los climas templados tienen una ventaja relativa frente a las zonas tropicales y semitropicales.

También existen otras variantes de la hipótesis geográfica, como la de Jared Diamond, un biólogo y ecologista, que afirma que la desigualdad mundial que comenzó hace 500 años tiene que ver con el potencial de domesticación de animales y plantas entre los países.

Históricamente hablando, las civilizaciones que han tenido un mayor crecimiento han sido aquellas que gracias a su posición geográfica obtuvieron más facilidades para la ganadería y la agricultura. Los hombres de las primeras civilizaciones de Oriente Medio se alimentaban a base de la caza y la pesca hasta que una sequía provocó que fuera más complejo cazar. Algunas tribus comenzaron a crear almacenes donde guardaban el trigo y la cebada recolectados a humedades controladas para poder alimentarse durante la época de sequía, pero, para que fuera más fácil su supervivencia, también establecieron sus pueblos en lugares cercanos al agua para comenzar a cultivar alimentos como el trigo convirtiéndose así en los primeros agricultores. En otras zonas como China cultivaban arroz, en América el maíz y las alubias y en África el mijo. Para mejorar el rendimiento de sus campos, estos agricultores se dieron cuenta de que se podía domesticar a la fauna de sus alrededores controlando lo que comía, sus épocas de cría… etc. para conseguir una mayor cantidad de carne, obtener su pelaje para hacer ropa y sacar de ellos otros alimentos diferentes de la carne como por ejemplo la leche. Las cabras y las ovejas fueron los primeros animales domesticados seguidos de los caballos y los bueyes, quienes lograr aumentar la producción agrícola. En cientos de años solo se han logrado domesticar 14 animales, los cuales se encontraban en el norte de África, Europa y Asia, que fueron las zonas donde hubo una mayor evolución respecto a otras civilizaciones. Las primeras civilizaciones en prosperar fueron Mesopotamia, Egipto, los mayas, la India… Estas civilizaciones tenían en común que desarrollaron sus pueblos a lo largo de cuencas de extensos ríos y gracias a ello su economía agrícola se vio muy favorecida. Además, todas compartían una misma latitud, altitud, un mismo clima y acceso al agua. Esto demuestra que no es cierto que los climas templados tengan más ventajas a la hora de desarrollarse frente a los climas más cercanos al Ecuador.

La teoría geográfica no puede explicar las enormes diferencias que existen entre Corea del Sur y del Norte, o las que hubo entre Alemania del Este y del Oeste. Tampoco permite explicar el desarrollo (o falta de él) de muchos países de América del Sur. Argentina no padece de enfermedades tropicales y mucho menos ausencia de tierras fértiles. Por otra parte, países tropicales como Singapur están en el tope de la lista. Si bien es cierto que las enfermedades tropicales provocan grandes perjuicios a las sociedades que las padecen, no explican la pobreza en África. En la mayoría de los casos las enfermedades son una consecuencia de la pobreza y malos gobiernos. Inglaterra en el siglo XIX tenía enormes problemas sanitarios, pero los resolvió invirtiendo en sistemas de agua potable, alcantarillado, tratamiento de efluentes y servicios de salud. La desigualdad mundial no se puede explicar mediante climas o enfermedades, ni otras versiones de las hipótesis geográficas. Un ejemplo sería Nogales, divida por una valla en dos partes que se encuentran una en Sonora, México  y la otra en Arizona, Estados Unidos. Ambas partes de la ciudad tienen la misma latitud, el mismo clima y los mismos recursos, pero en Nogales de Arizona el ingreso medio es de 30000 dólares mientras que en Nogales de Sonora el ingreso medio es de tan solo 10000 dólares. En Nogales-Arizona la mayor parte de los adolescentes van al instituto. La esperanza de vida es alta y muchos residentes superan los 65 años. Al sur, en Nogales-Sonora, la criminalidad es alta y la esperanza de vida baja. Abrir un negocio allí es una empresa arriesgada. No solo por el riesgo de robo sino por todos los sobornos necesarios para conseguir los permisos necesarios. Además, Los residentes del sur de Nogales viven todos los días con la corrupción política. Lo que separa a las dos partes no es el clima, la geografía ni las enfermedades medioambientales, sino la frontera entre Estados Unidos y México.


En el caso de España la crisis ha provocado también un giro muy claro de la convergencia por comunidades autónomas en términos de PIB por habitante, puesto  que los datos disponibles evidencian que las diferencias entre las regiones, o comunidades autónomas, más ricas y las más pobres se han incrementado. Los defensores de la hipótesis geográfica afirman que esto ocurre debido a esta teoría, ya que las comunidades autónomas más “pobres” suelen ser las que tienen un clima más caluroso, como puede ser Andalucía. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario